Crónicas de un Rockero de la Bola AC DC

Lugar: Palacio de los Deportes

Fecha: 16 de Febrero 1996

Hora: 20:30 hrs.

Costo: N$160.00

Del concierto supimos por ahí de octubre del 95, por medio del Pereyra, y pues hubo tiempo de hacer una alcancía, Rafa, no había tanto problema, porque tenía trabajo, por mi parte, no fallaba todos los domingos a Romita, a llevarle la ropa limpia al señor cura, antes del mediodía tenía que estar ahí, llegaba cuando casi estaba listo para entrar a misa de 12:00hrs., llegaba con toda confianza a su cuarto y el a oficiar su misa, al escuchar los cánticos de: "...Que alegría cuando me dijerooooon, vamos a la casa del señooooor...." Pues claro que la alegría era mucha para mí, significaba que estaba a mis anchas para escudriñar entre aquellas cubetas de manteca, si no llenas, pero si con un buen de monedas, tenía tiempo suficiente para escoger las de a cinco y de a diez y también darle un manazo a los pesos, como no. Una vez que hacia ésto iba al coche a dejar el cuerpo del delito, regresaba a su cuarto y pues mínimo hacerle el aseo y esperarlo a su salida de misa, salía recibía algunas instrucciones y me regresaba con la ropa sucia, de ésa manera fué que hice mi alcancía para ir a éste evento.

La intensión, era como la vez pasada irnos desde temprano para dar una vuelta por el centro y tal vez ir a unos museos, comer por ahí sabrosón e irnos al concierto sin prisas, así fué salimos de Guanajuato a las 6:00 a.m. para llegar antes del medidía al D.F.



Cuando llegamos a la central del norte, tomamos un taxi al centro, me acuerdo que el muy provinciano de yo, le dije amablemente al taxista que nos llevara al Centro Histórico, cosa que incomodo al taxista ya que al decirle así nos miró con ojos de burla y haciéndonos la aclaración según él, -¿Porqué le dicen Centro Histérico?? , Total! nomás digan al centro y ya!

Mi carnal sólo volteo a decirme: El histérico es otro, y le dije que estaba de acuerdo; el guey hasta eso nos llevó rápido a nuestro destino, bajamos y nos dedicamos a dar el rol por el Centro, pues, comimos y esperamos frente a Bellas Artes nos dieran las 6:00 p.m. para tomar un taxi e ir al Palacio de los Deportes.



Llegamos con buen tiempo al concierto, a comprar playeras, gorras, taza, poster, pin, y una revista edición especial, ya en nuestros lugares buscábamos fervientemente al cubetero o alguien que vendiera chelas, pero no, ése día no vendieron nada de eso, tuve conformarme con una empalagosa nieve de limón que le compre al cuate ése que llamé pensando que traía cerveza.
Pero nosostros estábamos ahí por disfrutar de AC DC, el olor a hierba me pasó en más de una ocasión, no localizaba al que fumaba, para pedirle un paro, igual estaba en otra localidad y pues no había forma de ello, a AC DC le iba abrir un grupo que lideraba un hermano de los Young, (Angus y Malcom, guitarrista y bajista respectivamente) no recuerdo el nombre, pero si tocaron muy bien los chavos, el vocalista el joven Young, tenía mucha vitalidad la cual prendía a aquel público ansioso de escuchar a los australianos, duraron casi media hora tocando para después el Palacio de los Deportes se llenara de silbidos, golpes con los pies en el suelo, gritos diciéndo infinidad de cosas, derrepente, se apaga la luz, el grito es casi al unísono "Uhhhhhh!", la oscuridad se extiende unos instantes más, de pronto se escucha el rechinido de metales, no era otra cosa más que una bola trituradora, "Ballbreaker" era el disco que promocionaban entonces, la bola se bamboleaba entre el escenario, cada vez más hasta topar con un muro y derribarlo, de ése agujero hecho por la bola, sale en primera fila Angus Young lo que ocasionó un grito de exitación total del público, seguido por Bryan Jonshon, Malcom Young y el regreso a la batería Phill Rud, la cual salió deslizándose y marcando el ritmo para abrir con "Back in Black", el Palacio estalló en alarido de más de 12,000 gargantas, Angus Young con la energía que le caracteriza se ganó al público que siempre se mantuvo gritando y cantando durante todo el concierto, eso es lo que provoca un artista como él, el concierto no sólo fué eso, también tuvo momentos emocionantes, en aquel momento que sacan la gran campana, antes de tocar "Hells bells", a la muñeca gorda inflable en "Whole lotta a Rosie" o por último esos estruendosos cañones en "For those about the rock", que concierto tan prendido la verdad, éste año vuelven a México por parte de su gira de despedida, estaría bien volverlos a ver, pero mejor me espero unos 10 años más a su reencuentro.

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