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¡Éntrale a la paranoia!

lunes, 23 de julio de 2007

MI VIDA EN UN JUEGO

Por Alejandro Pérez

Ayer era un día normal, de esos en los que al parecer no pasa nada, trabajo de oficina normal, compañeros normales, mis tazas de café normales, algunas compras en camino a casa, pues normales, y al llegar me dije a mí mismo… mi mismo, tírate hoy a echar la hueva a 4 nachas, finalmente ya me lo había ganado, el martes pasé varias horas haciendo el trabajo de jardinería de ese lugar al que llamo hogar, trabajo que por supuesto me di cuenta de que es para hombres, y yo, que puedo decir, terminé como molido a palos.

Llegué más o menos temprano, me dirigí a la tienda, compre un par de bolillos y un par de aguacates, la comida estaba casi lista, llegue, con habilidad sorprendente y un rápido movimiento le partí la cara al bolillo, le puse una cantidad exagerada de aguacate, un buen trozo de panela y una simple pero nutritiva rebanada de jamón, la comida estaba lista.

Subí al cuarto donde esta la televisión y me dispuse a arranarme, el x box 360 me esperaba, prendí el juego y me comencé a clavar en el punto, sin nadie que me hiciera ruido ni me distrajera era el marco perfecto para jugar comer y recordar mis años más felices cuando todo era juego, desmadre, locuras y sin trabajo ni grandes responsabilidades.

Pasó una, dos, tres, cuatro y no se cuantas horas, pero cuando me di cuenta ya eran las 12 de la noche, por lo menos eso decía mi reloj de Garfield que se encontraba frente a mi, el cual nunca he revisado que esté a la hora correcta, confío en que cuando crezca tomará un buen camino, me dispuse a apagar el juego, la espalda me dolía, así que decidí dejar mi video adicción por un momento.

Apague la consola esperando que mis cambios se guardaran, había logrado avanzar un buen tramo, descubrí nuevos trucos, cambié ropa a mi personaje, le hice tatuajes por todo el cuerpo, aprendí a manejar armas de grueso calibre, robé armamento, maté fulanitos, en fin había hecho de todo un poco, así que quería guardar ese momento para no tener que repetir todo otra vez, ya que se vuelve aburrido la segunda ocasión que juegas lo mismo, se termina una parte importante del reto.

Apago la chingada consola y veo con furia infinita que no guardó mis cambios, ¡nooooooooooooo! Esto es definitivamente lo peor del día, todo estaba bien, y tenia que pasar una estupidez, no es posible, fueron muchas horas de juego, y no se guardó, me enfurecí, no lancé la consola por la ventana ya que recordé lo cara que era, pero ganas no me faltaron.

Frustrado me fui a dormir, o por lo menos eso intenté, no dejaba de pensar en mi juego perdido, di vuelta como león recién capturado, salía de mi cuarto para asomarme al otro cuarto, seguro estoy que la consola se reía cruelmente de mí, y me retaba a encenderla, varios fueron mis intentos, pero algo en mí me decía ¡no lo hagas, de por si todos los días llegas dormido al trabajo!, imagínate si duermes menos y te obsesionas con esta porquería…

Me recosté tratando de contar borregos, sin embargo estos eran eliminados con una metralleta por el personaje del juego que me está obsesionando, me metí en el menú de mi cerebro y le ordené un chaleco antibalas para mis borregos, sin embargo el personaje del video juego los golpeaba con fuerza en la cabeza hasta hacerlos caer en un charco de sangre y los mataba con una andanada de pisadas en la cabeza…

Sabía que esta acción brutal del personaje del video juego necesitaba de medidas drásticas, así que hice que mi borrego fuera guía de los otros, robara una camioneta y los llevará a un lugar a salvo, sin embargo me di cuenta de que los borregos son un tanto pendejos para manejar, el borrego a cargo del volante mató a varios peatones, atropelló a un policía en moto, chocó 23 vehículos, y finalmente lanzó a la camioneta por un barranco y explotó matando a todos los tripulantes…

Mi sanguinario personaje se acercó a ver las cosas de valor que los borreguitos habían dejado al morir, con la firme intención de robarles, pensé que todo había terminado, pensé que nuca más volvería dormir, y fue en ese momento que mi esperanza nació nuevamente, uno de los animalitos había sobrevivido…

Con un rápido movimiento salté al barranco y tomé al borreguito entre mis brazos, y me le dije al sádico personaje “tú no me vas a robar el sueño cabrón”, corrí colina arriba y me trepé a una moto, con el animalito balando de miedo, y comencé a huir por la ciudad, evidentemente el maniaco aquél me seguía de cerca y me disparaba con una metralleta, más de una ocasión sentí cerca las balas.

La moto fue insuficiente, así que tuve que despojar a una indefensa anciana de su camioneta, ya de paso de su dinero, digo, por si acaso el borrego llegara a necesitar la atención especializada de un veterinario de granja.

Corrí y corrí por las calles con mi rumiante bajo el brazo, me convertí en un delincuente, robé autos, dañé propiedad ajena, y cometí todos los video ilícitos que se me puedan ocurrir, claro que el borrego era cómplice, lo extraño es que nunca vi un policía… esto es tan parecido a la realidad, pero eso no era lo importante estaba dispuesto a todo con tal de no sufrir insomnio nuevamente, tenía que salvar al cuadrúpedo.

Finalmente y ya como último recurso robé un camión de volteo, por tamaño y resistencia era más difícil que el maniático asesino de mis sueños me hiciera daño o lastimara a mi único borrego, entonces algo extraño sonó en la radio del camión, al principio no presté atención pero era un ruido tan molesto que tuve que distraerme en mi huida, no era una cumbia ni un reguetón, tampoco era charanga o algo guapachoso, era un ¡cu cu…cu cu…cu cu…! ¿el despertador?... ¿ en este juego hay una estación de la hora exacta?...

Pues no, era la hora de levantarse, feliz desperté y emocionado corrí hacía la otra habitación a decirle a la consola de juegos ¡ejele pendeja te gané, y en tu cara, salvé a mi borrego, no pudiste conmigo!...

Estoy trabajando en este momento, sin embargo me mantengo atento, tomo más café del que normalmente bebo, ya que podría pasar que me gane el sueño en esta incomoda oficina, y el asesino del video juego regrese…

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chido por el borrego... ¿dónde lo tenéis?

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