Post de las revelaciones

Díganme:

Pacheco, pasado, loco patético, enfermo grave, te perdimos, Tierra llamando, 'on' 'tán las vacas, las cabras, tu cabra cósmica, Chuck que la cuidaba, a dónde se fueron los pajaritos, te vamos a guardar, pirado, alucinado...

Pero:

Un día, de un momento a otro, de un nanosegundo a otro, me di cuenta de que... me hablaba una iguana.

(murmullos, brain damaged)

Por eso les advertí que sacaran su amplio repertorio de calificativos para este campo semántico. Ahora callen. ¿O no muchos de ustedes creen en pachequeadas más siniestras como ángeles, santos, feng shui, el coco, la democracia, mañana te pago, el amor, el paraíso, me cae que sí me caso contigo, las navidades, estado de derecho, justicia, paz, etc.?

Por lo menos la iguana estaba ahí frente a mí y era tangible. Fue hace unos 4 años, sí, era 2003 y el mundo estaba de la mierda como en el 2002, el 2000, 1994, hace rato, ayer, mañana, 2007, verano del 74, hasta la contracción final del universo... Sí, este ejemplar de iguana verde llegó, me encontró en febrero de 2003.

Poco después de que me encontró se dio la primera comunicación. Las que siguieron se volvieron más ricas en contenidos al sacar del fondo de mi cuerpo calloso, de mi cerebro reptiliano, el software para entender a quien dijo llamarse Riaño, el Intendente Riaño. No piense usted que es reencarnación, no, es simplemente la ruleta cósmica de los denominativos. Qué ondas más locas, gruesas y profundas me ha comunicado este ser superior y mucho más evolucionado que los humanos. Yo me encargaré de ser su voz usando este blog. Nos estaremos comunicando.

Un empleado operativo de la Fundación Riaño.