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¡Éntrale a la paranoia!

viernes, 22 de febrero de 2008

Carta suicida prestada.

Era una de esas tardes en las que no quería llegar a casa, tan sólo el hecho de pensar en subir los 30 escalones que me llevaban hacia a ti, me causaba molestia.

Como siempre las discusiones al teléfono habían estado presentes; mientras subía los escalones me preguntaba en mi mente ¿en que momento las cosas se volvieron así?

Una pausa a los diez escalones, tomar aire, debo dejar de fumar, o empezar a ocupar el elevador, sin embargo eso me acercaría más rápido a ti… miro hacia la parte superior, no se si podré verte a los ojo y fingir que no me doy cuenta de que esto se va a la mierda.

Por fin, mis pasos siguen hacia arriba, pero sigue siendo denso… hago una pausa, saco de entre mis ropas una cajetilla de cigarros, creo que es la segunda del día, supongo que esta es la causa por la que una tos aguda me despierta en las noches… y pienso, haré el intento número 19 en mi inútil lucha para dejar de fumar.

Prendo el cigarrillo y el humo corre por mi cara, no puedo evitar recordar un episodio de mi vida, uno contigo, aquella carretera, nuestra primer noche juntos… en realidad a los ojos del resto no hicimos nada divertido, solo recorrer kilómetro tras kilómetro, escuchar música en la radio y subir el volumen y cantar cuando algún sonido nos divertía… No puedo evitar una leve sonrisa. ¡Fuimos felices!

Mi cigarro esta por consumirse, doy una bocanada más y subo el resto de los escalones mientras pienso “que horrible se me hace hoy en día subir escalones, ¡ahora si debo dejar de fumar!”.

Llego hasta la puerta de aquel departamento, sin mucha prisa busco las llaves, actividad que es inútil por que ya se donde están, sin embargo trato de averiguar que tan fácil es engañarme…es una idiotez, soy malo hasta para la automentira.

Saco las llaves, y me doy tiempo para contemplar aquel viejo llavero, es horrible y ya no funciona, y por lo que recuerdo, en realidad funcionó escasamente 3 días, sin embargo aún lo tenía en mis llaves, tu me lo regalaste, siempre has sabido de mi problema para encontrar las cosas pequeñas, y te pareció que era un buen regalo darme un artefacto con localizador. ¡fue divertido!

Giro la llave en la hendidura de la puerta y espero que no te encuentres, ¡ojala! me hayas dejado un recado en el que digas que fuiste con alguna de tus amigas que tan escasamente tolero, ojala te hayas hallas ido a comprar algún tipo de implemento necesario para algo de eso que haces y yo no entiendo.

Sin mayor preámbulo con voz alta digo ¡ya llegue!, y me dirijo a la cocina, tomo un vaso de cristal, lo miro, y por primera vez en muchos años te doy la razón “están bien pinches feos”, lo miro y me pregunto ¿Cómo fui a comprar algo tan horrible sólo por llevarte la contraria?

Del refrigerador saco una botella de tequila, me doy dos pegues, prendo otro cigarro, me asomo por la venta, me tomo otros tragos... me doy cuenta de que mis nervios se están alterando, ya no se comunicarme contigo; no puedo evitarlo y en la soledad de aquella cocina donde solíamos cocinar juntos grito ¡maldita sea, en que momento nuestras personalidades y depresiones explotaron!

Con un movimiento brusco lazo aquel horrible vaso que tanto me desagrada, se estrella en un pared y estalla en mil pedazos, y para ser honestos me siento bien, creo que esa acción podrá acercarnos más… entonces me doy cuenta de que no has respondido a mi ya clásico ¡ya llegue!

Tampoco hubo una reacción alguna de tu parte por haber lanzado el vaso contra la pared, regreso a la entrada y busco tu clásico recado sobre mesa… no hay nada, eso si es extraño, nuca sales sin dejar un recado…

Desde el tercer piso donde esta ubicado aquel que llamábamos “nuestro depa”, me puedo dar cuenta de que la tarde esta cayendo, empiezo a recorrer cuarto por cuarto…nada, no estas.

Solo me resta un lugar por visitar, aquel cuarto, en que el que no me gusta que nadie meta mano, si, aquel que escogí cuando compramos este lugar llamado casa.

Aquel cuarto en el que la puesta del sol deja ciego, dudo un poco que tu estés en él, finalmente solo guarda mis sueños enmohecidos, mis guitarras desgastadas de tanto sonar, mis discos y cintas, posters, partituras apolilladas, y algunas de esas películas deprimentes que decidí ya no ver por que no te gustaban, tiene años que no hay motivación para entra ahí.

Sin embargo algo en la habitación me dice que entre, tomo la perilla, esta fría, le doy vuelta, algo cruje, me doy cuenta de que le falta aceite, empujo la puerta y las bisagras rechinan, definitivamente me debo dar tiempo de darle un poco de mantenimiento a mi baúl de los recuerdos.

La puesta del sol me ciega… ahí estas, como siempre llevas el pelo suelto… cuándo fue la última vez que te dije “me encanta tu cabello a contraluz “… creo que fue hace como 3 años mientras caminábamos descalzos por la playa… en mi cabeza suena aquella canción que tanto cantabas “Luna deshecha en perlas de invierno… copa de llanto, tesoro del cielo… si tu no me quieres tiraré mi cuerpo a un lago de hormigas, tortúrame a besos”

Miro tus manos, me parecen más pálidas que de costumbre… entonces te digo ¡como me gusta tu pelo!, no hay respuesta… me acerco tres pasos y te repito… ¡me gusta mucho tu pelo!... de nuevo sin respuesta.

Me acerco a buscarte la cara y observo la cuerda alrededor de tu cuello, no intento bajarte, se que es tarde… y me doy cuenta que si me dejaste un recado.

Te dejo partir, aunque hace bastante tiempo que lo hiciste, solo que no permití darme cuenta pues nunca solté tu mano, no solté tu recuerdo, no solté mi amor por ti.

Sentí miedo de olvidarte, sentí miedo de enamorarme, miedo a amar y sentirme amada aferrándome a la nada.


Ahora suelto tu mano, dejo tu recuerdo, abandono mi amor por ti para otra entrega.

No más miedo a olvidarte, no más miedo a enamorarme voy amar y sentirme amada.

Te entrego tus recuerdos, te entrego tu odio, tu coraje, te entrego tu falsedad, tus ofensas, hasta tu forma de amarme, te entrego todo sentimiento a favor o en contra, todo este tiempo los hice míos ahora son sólo tuyos tómalos a mi no me pertenecen mas.

Me permito olvidarte... te dejo partir.

para ti...












1 comentario:

Anónimo dijo...

Javieeeeeeeeeeer!!! Javieeeeeeeeeeeeeeeeer!!!!!! Javieeeeeeeeeeeeeeerrr!!!!!!!!!!

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