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viernes, 15 de febrero de 2008

ROSAS VIVAS - Contranovela escombrista

ROSAS VIVAS


DENECK INZUNZA ROMERO


Esta historia, a su modo, es un escrito excedido. Nace de un poema que en el momento de surgir sobre una hoja en blanco que el destino eligió para guardar las palabras más desequilibradas de una trama, escondía su significación, parecía carecer de sentido, como el producto absurdo de una asociación libre de ideas que el inconsciente y sus mecanismos de defensa ofrecieron con asimetría y anacronismos, pero que con el paso de los años manaba signos enfermos que fueron comprometiendo al recuerdo y sus registros. Rosas Vivas, el poema, era una abstracción inquietante, posiblemente etérea y enferma, por eso al convertirse, primero en cuento (Rosas Vivas) y después en novela, conservó ese esqueleto sensible. Rosas Vivas se desarrolla sobre el orden del escrito original, de ahí que la temporalización esté afectada y los personajes se manejen en forma consciente en un nivel abstracto de consciencia.

La historia que se encerraba en Rosas Vivas, en su conjunto, más adelante reunió algunos otros relatos y capítulos prescindibles que fluyeron al ritmo del recuerdo y sus manifestaciones o al tiempo de la excarcelación de vivencias y personajes sepultados por el olvido. Todos encierran una historia y un misterio que se descifra con los elementos presentados a lo largo de la obra. Se puede decir que esta producción es una novela expuesta en aparentes capítulos que son independencias necesarias, pero que al final engloban una trama delirante.

Deneck Inzunza Romero, abril de 2000.








PRÓLOGO,

por JAVIER QUINTERO SANDOVAL


Agradezco la posibilidad de escribir esta presentación ya que me permite prevenirte acerca de lo que estás a punto de leer: una novela escrita por Deneck Inzunza Romero.

Primero te hablaré de su autor: Deneck Inzunza Romero inició su viaje en León, Guanajuato, México, el 28 de febrero de 1972. Su andar lo ha llevado a diferentes lugares, géneros literarios, artes y estados de ánimo. ¿Lugares? Ha vivido, entre otros sitios, en Culiacán, Zacatecas, León y Guanajuato. ¿Géneros literarios? Ha sido escritor de antipoesía, cuento, novela y teatro. ¿Artes? Ha sido director, guionista y productor de video; director y actor de teatro, y compositor de canciones. ¿Estados de ánimo? Basta leer este libro.

Estudió principalmente en la muy mencionada Universidad de la Vida, a la que asiste –según entiendo– la mayoría de la gente que escribe y la de la cual se escribe. No tengo una idea clara de cómo, pero ahí se formó artísticamente. Posteriormente y después de muchos periodos oscuros en su vida, estudió en la Universidad Del Bajío donde posiblemente precisó su estilo. Deneck Inzunza ha cometido una gran cantidad de obras literarias en su faceta como escritor (efectivamente, escribí “cometido” y eso quiero decir).

Su amplio conocimiento de la psicología humana no ha sido obstáculo para padecer algunas enfermedades de ese tipo, es decir, psicológicas. Por ejemplo: su obsesión enfermiza por continuar escribiendo novelas como ésta. Le podríamos aplicar perfectamente la frase: “Él no sufre de locura... la disfruta a cada momento”, cuyo autor no recuerdo y entonces la definiré como de autor desconocido (al menos para mí).

Después de mencionar sus antecedentes, me gustaría referirte lo siguiente: Sin ser un experto en el tema he detectado un cierto elemento en su personalidad… –digamos “estimulante de la percepción”– que se impregna en sus escritos. Así, cuando hubo la oportunidad de leer Rosas Vivas, tuve una sensación de alivio y temor. Alivio por la necesidad que tengo de ese “estimulante de la percepción” y temor por la dependencia al mismo, que podría ir en aumento.

Al igual que otros “estimulantes de la percepción”, los efectos de éste son: depresión, euforia, falta de sueño, etc. Por supuesto, también causa adicción. La diferencia entre esta y otras adicciones se encuentra en las ventajas de este escape de la realidad por encima de las demás opciones disponibles. No causa daños fisiológicos, es más económico, no requiere instrumentos adicionales y no usa baterías.

Por lo tanto, estás a punto leer una novela que te llenará de visiones. Se desarrolla en un escenario real y al mismo tiempo contiene desvaríos que la vuelven irreal. Podría compararlo con subirse a una montaña rusa en una completa oscuridad, inicias suavemente y conforme aumenta la velocidad y empiezan los giros percibes el vértigo que te causan, comienzas a perder el sentido de la ubicación, la duración del viaje pierde relación con el tiempo normal, no sabes cuándo, no sabes cómo, no sabes qué va a suceder, pero seguramente sucederá, subes, bajas, giro a la derecha, de cabeza, giro a la izquierda, en línea recta…, ¿terminó…?, ¡no!, nuevamente giro a la derecha, caes… Al terminar el recorrido no podrás distinguir lo verdadero de lo imaginado, sólo sabes que querías llegar al final. Lo mismo sucede con esta novela, Rosas Vivas, ¿es un escenario cierto con retoques de fantasía? o ¿es un escenario fantástico con retoques de verdad?. Al final te preguntarás: “¿Leí todo lo que creo que leí?”. Quizá algunas secciones, conclusiones o reacciones surgieron de tu propia imaginación. No sabrás cuánto duró, sólo sabes que te alegras de llegar al final.

Deneck bien podría ser considerado un viajero. En este caso en particular definiría al viajero como una persona que se aventura por territorios nuevos. Estos sitios permanecen inexplorados por la dificultad para llegar a ellos, los riesgos que implican, los temores que causan o las sensaciones desagradables que generan. Las personas confunden al viajero con el vacacionista. Efectivamente un vacacionista recorre muchos kilómetros como lo hace un viajero, pero su búsqueda es de comodidad, no de conocimiento. Por la profundidad de algunas de las historias que conforman la novela supongo que muchos de sus viajes han sido principalmente interiores, y si hay un lugar poco explorado y temido es nuestro propio interior.

Deneck me ha permitido acompañarlo un momento mediante la lectura de su novela. Lo mismo me ha hecho reír con alguna ironía que entristecerme con algún final; me ha mantenido en suspenso para luego aliviarme con una conclusión satisfactoria; me ha permitido escapar de lo habitual con un capítulo aparente para luego obligarme a reflexionar con el siguiente; sentí el gusto de disfrutar una obra como ésta y la pena de llegar al final. Además, escribir esta presentación, igualmente me llevó a la cima por el orgullo de participar en un material excelente que al abismo por la preocupación de escribir estas pocas palabras.

Bien, como te decía en un principio, es necesario hacerte una advertencia. Antes de iniciar la lectura toma en cuenta que tal vez no debas recorrer toda la ruta de una sola vez. Si después de una pequeña dosis de lectura el aturdimiento hace presa de ti, no te preocupes, detén tu lectura y tómate un respiro de realidad. Si te mareas con los movimientos repentinos, bájate de la montaña rusa y camina un momento por tierra firme, recupérate y luego regresa. Conforme te acostumbres será más fácil recorrer secciones más largas. En mi caso, no me pude bajar antes. Hubo momentos de duda y algunos hasta de arrepentimiento por haberme subido, pero me mantuve firme hasta el final; fue hasta que terminé de leerla que me pude separar de la novela, a tal punto llegó mi exaltación.

Mi advertencia va dirigida a cómo leerla, pero creo definitivamente que debes leerla. Una vez recuperado de la experiencia, reconocerás que de verdad la disfrutaste.

Javier Quintero Sandoval



ROSAS VIVAS, la novela censurada de DENECK INZUNZA, aquí, en este blog irreverente y ojete, en su reedición electrónica 2008. Sigue la etiqueta ROSAS VIVAS.



Diseño de portada: María Bárbara López Mosqueda - Inzunza.


















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