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Fuimos a rolar (como acostumbrábamos) y a buscar damas en riesgo. Las encontramos. Nos arriesgamos. Ummm. Y seguimos rolando para buscar más damas en riesgo. En el mismo carro de Los cazadores de lluvia y Los ladrones de llantas.
Las encontramos en el Jardín Unión. Estaban con un grupo de turistas ebrios cante y cante. Cantamos. También yo (fue antes de la prohibición de la ONU en 1995). Guacareamos (yo en mi imaginación viendo cómo todos guacareaban). Las damas en riesgo que Chato, Uriel y yo íbamos a "ayudar" terminaron su noche tiradas en los baños públicos de la subterránea. Mal flato.
Ya sin damas en riesgo que apoyar, fuimos al puesto del Cuñao por unos chicles y cigarros. Ahí conocimos a Juan... A JUAN DE LA CHINGADA.
Él tenía como 32-35 años, era moreno, pelo lacio de casco, se veía sucio, revolcado por la vida, le habló al El Chato, a Uriel y después a mí. Uriel le pichó unos chicles y unas Halls. Al irnos, El Chato se refirió a mí como "el doctor" (parte de mi pasado pasado que después explicaré, denme tiempo y acuérdenme), entonces Juan me tomó del brazo y me dijo:
-Tú, pinche doctor, tú me vas a ayudar...
Y me mostró el dedo medio de su mano derecha... ¡Sala-madre!, tenía la falangeta destrozada, se le veía el hueso envuelto en su tejido, pero ya seco, con callo. La falangina presentaba daño poco considerable, pero ese dedo, en su parte superior se veía de la... pos de la chingada...
-Ah, pinche Juan- le dije-, ¿que no has ido al doctor?, no mames, ¿¿¿eso no te duele???
-Ya no, al principio sí- me dijo.
El Chato, metido en otros rollos, vio buena onda llevar a Juan a pistear con nosotros y él accedió de buen gusto. En el camino (Uriel manejaba, Juan iba de copiloto y Chato y yo atrás) me entró la ebria loca y me puse a decir pendejadas. Algo no le pareció a Juan y se puso loco. Chato trató de tranquilizarlo, pero el beodo del dedo mocho se puso más loco. Uriel dirigió el carro hacia el cerro para poderse detener y bajar al loco de Juan.
En cuanto el carro se frenó, en lo alto de un camino viejo de minas, Juan salió del asiento y se quitó la camisa. Se la envolvió en la mano y la usaba como arma de defensa para alejarnos. Llegó un momento en que trató de echarnos del carro para largarse en él y Chato tuvo que meterle unos madrazos, pero Juan de la Chingada se levantaba y seguía luchando. Nunca le echamos montón, no somos gandallas. Chato tuvo que hacer uso de su larga experiencia en artes marciales (tres días yendo a tae kwon do) para alejar defensivamente a Juan de la Chingada del carro y poder largarnos abandonándolo ahí, pero sin atropellarlo o lastimarle.
Luego fuimos por refacciones para la nave y a guacarear.
Religiosidad de roedores (fe de ratas):
Todo este debraye mal hecho por lo siguiente:
1. Beso Negro grabó el éxito "Juan de la Chingada" y en posts anteriores hablaban de esa rola y pedían que contara la historia.
2. Chato era Cama Mortal I, II, III y esa vez seguimos buscando damas en peligro para que Chato pudiera grabar la cuarta entrega de Cama Mortal, un alucine de la banda del FIMEE (y no me pregunten más de esos alucines, pero hasta yo estuve inmiscuido: se decía que podía resolver un examen de Vibraciones Mecánicas en 15 minutos y aprobarlo con 10... Sí podía, era la leyenda... Nota: Nunca estudié en FIMEE).
3. Hace rato que no posteaba y me recordaron esa triste historia oscura.
4. El alucine era que cada 15 de septiembre una sombra negra con los dedos desproporcionadamente gigantescos y con uno de ellos cortado como ilustración de capas de la Tierra que hasta se le ve el hueso, aparece persiguiendo a cuanto escombrista y conocido de El Chato. Es un ente moustroso que busca venganza contra El Chato por haberle puesto unos chingazos y a nosotros por haberlo abandonado en el cerro, cerca de la Panorámica. Es Juan, Juan de la Chingada. El concepto universal de "se te aparece Juan" de la banda y abonados.
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