Y como si tal cosa...

Hace poco más de 27 horas el destino me trajo un obsequio que supongo me debía hacía muchos meses. Estaba despidiendo a Miguel Valadez, quien visitó la fundación, cuando una chica me saludó con sorpresa recíproca en el estacionamiento. Digamos que me tardé unas dos fracciones de segundo de más en descubrir que era Susy. ¿Qué onda? ¿Qué haces? ¿Qué has hecho? y esas fórmulas apresuradas para aventarse el choro de los tiempos de las ausencias. ¿Y dónde está Morís?, le pregunté. Por aquí anda, se llevó la cámara y dijo que ahorita venía, me contestó. Llegó Morís y nos dimos un abrazote, nos aventamos los choros de los tiempos de las ausencias, nos compartimos datos y referencias nuevas y después los dos se fueron a su casa, afortunadamente muy cerca de la mía y de la fundación.

Qué gran gusto es dejar que la libertad de nuestros amigos y la propia se fundan en una especie de pacto solemne que tarde o temprano y sin formalismos pendejos, el destino o como se llame el devenir sin intervenciones cruce después los caminos y como si nada, como si nos hubiéramos visto ayer.

Vamos, guardando toda proporción, esta escena me ha recordado gratamente la canción Juan y José de Joan Manuel Serrat, en el disco Utopía, 1992...

Me ha dado un gusto enorme haber visto a Susy y a Morís.

Arriba: "Escombros"; abajo: "La ropa sucia" de Morís Esparza*, caricaturista leonés.



*Creador de El León de Cobre, Periódico a.m., León, Guanajuato, México.

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